Está siendo un verano peculiar: he conocido a más chicos
en quince días que en los últimos quince años (el tipo no-te-creas, el pesado como
decía Carlos V, el guapísimo-pero-habla-y-la-fastidia y el que me saca de
quicio y al que no me decido si gritarle ¡¡¡bésame!!! o ¡¡¡lárgate
de una vez!!!), mi mejor amiga se ha casado (esto me ha dejado descolocada: fui
con ella a ver vestidos, me encargó una de las lecturas en la ceremonia y chorradas similares pero
venga ya, ¿Lili una señora casada?; te juro que hasta el último momento pensé
que lo único que quería era llevar un vestido con cancán), Jean Pierre, mi jefe
en la peluquería, me ha ascendido (ahora no sólo soy peluquera, me ocupo
también de la manicura y la pedicura, muy guay (*) y mi ex, Adrimbécil… Mejor
te cuento lo sucedido para que puedas juzgar por ti mismo y llegar a la misma
conclusión que yo.
—Hecho primero: el día 14 de agosto borré al tipo antes
conocido como Adrián (posteriormente Adrimbécil) de mi Facebook. Sus fotos con
la víbora por la que me dejó (digo lo de víbora de modo absolutamente subjetivo
y siendo consciente de que igual la víbora es una bellísima persona) me estaban
quitando las ganas de vivir y, teniendo en cuenta lo joven que soy, decidí que
era de chica lista reservarme unas pocas para cuando cumpliese los ochenta y no
me valiese la ropa de Zara.
—Hecho segundo: el día 15 de agosto Adrimbécil puso en su
estado de Facebook “sorprendido de lo inmadura que es Emma; debería alegrase
por mi felicidad”.
—Hecho tercero: el día 16 de agosto recibí un email del
tipo antes conocido como Adrimbécil, posteriormente Cabronsinsentimientos:
“He publicado este estado en mi feis: "sorprendido de lo
inmadura que es Emma; debería alegrase por mi felicidad". Sorprendido de que no
me hayas dicho nada”.
—Hecho cuarto: sorprendida de lo cortito que es este
chico, el día 16 de agosto por la tarde traté de explicarle lo sucedido:
“Capullo, si te he borrado de mi lista de amigos, ¿cómo
quieres que me entere de lo que publicas? Vete a la mierda”.
Claro y conciso, esto último conseguido después de borrar
veintidós tacos y quedarme con la esencia.
—Hecho quinto: el día 17 de agosto a las nueve cero cinco
de la mañana recibí una solicitud de amistad en mi cuenta de Facebook y un
mensaje:
Adrián F. le envía una solicitud de amistad.
“Para que puedas conocer mi estado cuando quieras”.
—Hecho sexto: desde el 17 de agosto, 9:06:01 hasta el 17
de agosto, 9:06:02 medité en la posibilidad de que hubiese estado saliendo con
un ceporro.
—Hecho séptimo: el 17 de agosto, a las 9:06:03 me di
cuenta de que efectivamente así había sido y decidí rebautizar a
Cabrónsinsentimientos con un nuevo nombre: Ceporrodemierda.
Ese mismo día, a las 9:06:04 decidí dejarlo en El Ceporro
sin más: a pesar de que las circunstancias parecen obstinarse en llevarme por
el mal camino, nunca he sido una chica de tacos.
(*) Leer con tono de irónica amargura.